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Celebrar 20 años: el super poder de la imprudencia

Por: Catalina Jiménez Combariza- Directora y Fundadora, Sentidos Comunicaciones

Artículo publicado en Forbes

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Catalina Jiménez, fundadora de Sentidos Comunicaciones, reflexiona sobre sus dos décadas como emprendedora.

Tenía 23 años cuando decidí lanzarme al agua y emprender; mucha imprudencia y todas las ganas de comerme el mundo, sintiéndome super poderosa. Hoy entiendo que esa irreverencia y convicción de la juventud son el recurso más potente que un emprendedor puede tener. Han pasado 20 años desde entonces, y al mirar atrás, no puedo estar más orgullosa de lo logrado y de cómo ha crecido esta empresa, con la meta clara siempre, de mostrar lo grandes que son las historias de nuestros clientes.

Mucho se habla de encontrar el propósito como seres humanos y convertirlo en nuestra profesión, como una forma de hallar la felicidad y darle sentido a la vida. Sin embargo, creo que encontrar pequeños logros cada día es lo que marca la diferencia y lo que permite tener días espectaculares en medio de lo cotidiano. En mi caso puede ser mandar un plan de trabajo bien y a tiempo, leer las noticias y entender cómo aterrizar esa coyuntura en nuestras marcas, o conversar con mi equipo acerca de la mejor manera de aterrizar la estrategia de un cliente en determinado país o región y darla a conocer con sus públicos de interés.


Estoy convencida de que, como emprendedores, es indispensable encontrar un propósito sobre qué queremos hacer, qué queremos resolver y, más importante aún, cómo lo vamos a hacer si queremos considerarnos a nosotros mismos empresarios. Mi agencia es una EMPRESA con todas las de la ley; damos servicio a toda Latinoamérica y nos conectamos con un día a día lleno de riqueza, al ayudar y apoyar a nuestros clientes a alcanzar sus metas de visibilidad en la región.


Emprender joven tiene una preciada ventaja: el hecho de no tener miedo a NADA, donde TODO es posible, dónde la irreverencia y la imprudencia se pueden calificar como cualidades y hasta ventajas. Según un estudio reciente de Confecámaras en Colombia, el 66,5 % de los negocios no sobreviven más de cinco años y en otros países de la región se habla de 7 a 8 años como máximo de vida de los nuevos emprendimientos. Como premonición estadística, en 2009 cuando cumplíamos cinco años, la agencia empezó a tener problemas con la dirección de impuestos de mi país, con algunos clientes, y la crisis llegó. Siempre la asesoría contable es CLAVE.


Ese año cinco, marcó el inicio de 16 meses en los que la agencia sobrevivió gracias a mis adorados papás y mis amigos, y en ese punto yo decidí emplearme. Con esos ingresos conseguí no sólo salir de mis deudas, sostener la crisis y darle continuidad a la agencia, sino que también pude aprender que cuando se quiere, se puede y que una vez más la convicción y el creerme super poderosa a pesar de la tormenta, serían mi varita mágica para salir de la crisis. La resiliencia puede ser una palabra de moda, pero explica perfectamente la situación vivida: se vale caer, se vale equivocarse, se vale no tener todas las respuestas, lo importante es levantarse y, más aún, cómo lo haces luego de una dificultad.


Han pasado 14 años desde esa crisis y dos décadas desde la primera vez que creí en esta versión emprendedora, y estoy convencida que la red de apoyo resulta fundamental, así como esa magia de creer en uno mismo. Agradezco cada uno de estos fracasos, que me han permitido no darme por vencida y trabajar aún más duro para conseguir las metas de esta agencia. También, expreso mi gratitud total hacia nuestros clientes, que nos conocen desde hace 20 años, diez, cinco o incluso menos, y que hoy son nuestros amigos, a quienes admiro eternamente tanto en lo personal como en lo laboral, y a nuestros colegas en los medios, quienes nos permiten cumplir con nuestra misión todos los días.


Creo que siempre lo que llevamos dentro se manifiesta en lo que hacemos afuera; somos el resultado de nuestros pensamientos y de nuestra alma. En las empresas, lo que vivimos como ADN de la organización se traduce en lo que somos capaces de ofrecer a nuestros clientes y aliados. Entonces, ¿cómo celebramos estos 20 años? Pues mirando hacia adentro, cuidando al cuidador y agradeciendo a mi precioso equipo; buscando herramientas que nos llenen de propósito, que nos den sentido, rutinas y felicidad en la próxima década, y que nos permitan alcanzar grandes metas y disfrutar esos logros del día a día que, durante dos décadas, nos han mantenido a flote, como una marca que cuida la imagen y los propósitos de otros y que va por lo mejor en los siguientes 20 años de cumplir sueños.

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